El pasado mes de octubre ha sido, para mi, una etapa muy fructífera en cuanto a lo de escribir. Días de recoger lo sembrado como en una vendimia tardía. También, no lo voy a negar, ha habido alguna desilusión, pero el cómputo global ha sido más que positivo y todavía quedan algunas cositas por concretar. Por poner solo un par de ejemplos, La sabiduría de los líquenes ha sido publicado en el número de octubre de la revista chilena Entre paréntesis y El licántropo ha hecho lo propio en Huellas de tinta . También gané unos libritos muy chulos de la Editorial Almadía en una dinámica veraniega con otro microrrelato y ya digo que hay bastantes cosas pendientes.
Este espacio está abierto a tu participación. Si tienes algo que contar, si te gusta escribir, reflexionar... Sólo te puedo decir una cosa: Ánimo, valiente. Siéntete como en casa, pasa y acomódate, si sólo quieres echar un vistazo, te digo lo mismo, la puerta esta abierta.
Este lugar también es un modesto arroyo con vocación por fluir, como no podía ser de otra manera, que quiere ser cruce de caminos.
Un blog cuando ya casi nadie escribe blogs, una bitácora en este 2021 que quiere dejar atrás la pandemia. Una pequeña luz alumbrando en el camino.
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