Tinta de colores para divagar, como el cauce que no sigue la línea recta, el caudal que fluye por meandros adaptándose al relieve, al territorio. Como el recodo al camino, cuando resulta infinitamente más sencillo discurrir que narrar. Será cuestión de seguir aprendiendo, de elegir unos caminos y descartar otros, de atravesar regatos de un salto evitando el cieno.
La pobre Virginia, donde quiera que este, podrá esperar mis torpes conclusiones.
(Si no has podido leer bien en la imagen, házmelo saber, porfa😀)
Sí, otra vez un blog
Comentarios
Publicar un comentario