La sabiduría de los líquenes 1 Se oye la llave accionando la cerradura, saluda sin mucho empeño lanzando un hola al aire, tira el abrigo en el respaldo del sillón y se derrumba en él. Ella le mira preocupada. ‒‒¿Qué te pasa? —Estoy fatal, hoy definitivamente se ha roto todo. —¿Qué ha pasado? —El grupo se ha ido a la mierda. —¿Y eso? —Ya llevábamos tiempo mal y hoy ha explotado. Esto es como una relación de pareja, pero con cinco personas, cada una con su enorme ego. —Llevo tiempo notándote raro, apagado. —Claro porque me lo estaba viendo venir y llevo tiempo que no estoy bien, voy a arrastras, sin energías. —Ya, ya. ¿Y si nos vamos al pueblo? —¿Al pueblo? ¿A qué? —Ya sabes que llevo tiempo queriendo ir, además nos servirá para desconectar, mejor dicho para reconectar. —El pueblo, qué aburrimiento. —Descuida que estaremos entretenidos, tengo un plan. 2 Se levanta temprano, ha dormido como el culo, maldito colchón y no sabe qué hacer en esa casa. Ni siquiera entiende la cafetera. E...
Me dejo caer por aquí con la esperanza de hacer una entrada sobre un tema que me ronda la cabeza desde hace tiempo, pero me gustaría hacerla bien y necesito tiempo para madurarlo, así que de momento lo dejo aquí apuntado para que no se me olvide y para que mi legión de lectores este al corriente...
Mientras os dejo con lo último que he subido a mis redes sociales sobre el renacer.
“Todo pasa y todo llega, pero lo nuestro es pasar…”.
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Ya lo decía el poeta al “que le cubre el polvo de un país vecino”, para mi Machado viene de la mano de Serrat y de mis carencias, pero este es otro tema… Hoy vamos a hablar de flores, de primavera… De estallido primaveral. De letras.
Y es que hace literalmente un par de días aún me sentía trasmocho, como el álamo de la cuarta foto y ahora los brotes verdes me hierven por dentro y por fuera.
Ya que como decíamos antes “todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar” solo hay que tener paciencia, mucha y cuesta. Vaya que si cuesta, se trata de un Tourmalet y tú eres un ciclista con la pájara, desfondado, pero hay que aguantar aunque sea haciendo zigzag agarrado al irregular asfalto.
Me está quedando esta cuenta de Instagram más confesional de lo habitual, como que ganan las ganas de mostrar, de difundir lo que es tener algún desorden mental y poner mi granito de arena contra el puto estigma, al lógico pudor, lógico y bendito.
Yo quería hablar de las flores, del amor, de la inspiración y hasta de poesía. Y no será todo lo mismo, diversas manifestaciones de algo que aún no esta descrito, como una especie de energía superior que la física no alcanza a comprender. No sé, igual deliro, deliro y escribo. Letras, palabras, sentimiento, puntos suspensivos.
Benditos delirios, mientras no sean de grandeza.
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