Para empezar, constatar que prácticamente, se puede decir sin riesgo a equivocarse, que hoy en día hay más escritores que lectores. El mundillo editorial, como casi todos los espacios empresariales, donde priman los beneficios, es una jungla. Cierto es que el libro y la lectura, como conceptos, tienen su lado romántico, pero si quieres dar el paso y publicar, mejor que espantes los pájaros que sobrevuelan tu cabeza. Hay que asesorarse bien, no dejarse llevar por la ilusión y aún así, es más que posible que te lleves alguna sorpresa desagradable, pero que no cunda el pánico, de todo se aprende. No todo es tan gris y tenebroso. Si perseveras y realmente es tu pasión y no una simple veleidad, acabarás encontrando tu lugar, eso sí, puede que te cueste meses o incluso años. En mi caso, mi hogar literario ha aparecido de la mano de Fátima Tirado y Suspiro Blanco y todas las chicas y chicos que componemos la fauna del sello editorial Sueños de Papel , que somos como una gran familia. Cuand...
Me dejo caer por aquí con la esperanza de hacer una entrada sobre un tema que me ronda la cabeza desde hace tiempo, pero me gustaría hacerla bien y necesito tiempo para madurarlo, así que de momento lo dejo aquí apuntado para que no se me olvide y para que mi legión de lectores este al corriente...
Mientras os dejo con lo último que he subido a mis redes sociales sobre el renacer.
“Todo pasa y todo llega, pero lo nuestro es pasar…”.
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Ya lo decía el poeta al “que le cubre el polvo de un país vecino”, para mi Machado viene de la mano de Serrat y de mis carencias, pero este es otro tema… Hoy vamos a hablar de flores, de primavera… De estallido primaveral. De letras.
Y es que hace literalmente un par de días aún me sentía trasmocho, como el álamo de la cuarta foto y ahora los brotes verdes me hierven por dentro y por fuera.
Ya que como decíamos antes “todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar” solo hay que tener paciencia, mucha y cuesta. Vaya que si cuesta, se trata de un Tourmalet y tú eres un ciclista con la pájara, desfondado, pero hay que aguantar aunque sea haciendo zigzag agarrado al irregular asfalto.
Me está quedando esta cuenta de Instagram más confesional de lo habitual, como que ganan las ganas de mostrar, de difundir lo que es tener algún desorden mental y poner mi granito de arena contra el puto estigma, al lógico pudor, lógico y bendito.
Yo quería hablar de las flores, del amor, de la inspiración y hasta de poesía. Y no será todo lo mismo, diversas manifestaciones de algo que aún no esta descrito, como una especie de energía superior que la física no alcanza a comprender. No sé, igual deliro, deliro y escribo. Letras, palabras, sentimiento, puntos suspensivos.
Benditos delirios, mientras no sean de grandeza.

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