Has dormido fatal, te plantas las gafas de sol y sales a la calle como un zombi, sin pensarlo demasiado. Hay que trabajar. Te saludan, “hola, ¿qué tal estas?” “Bien” respondes y sigues con lo tuyo. ¿Por qué no decir la verdad? Porque no decir que has pasado una noche de mierda, que te duele todo el cuerpo y que no sabes como vas a terminar el día. Nos cuesta tanto ser sinceros, mostrar nuestras debilidades, sufrimos una especie de imposición social a través de la cual, parece que siempre hay que estar bien y que no se nos permite estar mal. Siempre tenemos que estar alegres y sonrientes o al menos aparentarlo, en las redes sociales todo esto se amplifica, salvo honrosas excepciones, Instagram es un catálogo de felicidad vacía, de falso éxito, de pavos reales desplegando todos sus encantos. Se me ocurre que en estos tiempos en lo que todo se compra y se vende, más que comunicarnos, muchas veces, nos vendemos. Dicen que los amigos son aquellos que te preguntan “¿qué tal estás?” y es...
" Apuré el chinchón de un trago, por el culo del vaso dibujé una silueta. " Anoche, ya cansados, mientras ganaban otra Copa de Europa y alguna gente festejaba, trataba de hablarte de Albert Pla , no sé por qué. Es interesante escucharle, a veces se hace el loco, como en La Resistencia o con Buenafuente (tras su primera intervención no le volvieron a llevar.) Andreu es enrollado pero en la tele esas cosas no se pueden hacer. Ahora Spotify me lleva a Conil, a la ciudad del viento , a los cantautores... Hace un par de años Monedero invitó a Luis Ramiro a su programa y le soltó algo así como: " ¿a ti qué te pasa, que no te han pasado más cosas en la vida, ¿solo te has enamorado? ". Luis aguanto el tipo como pudo. Ramiro es un artesano de la canción, va a su bola, no se desvía de su camino: hace crowdfunding para publicar sus discos, sigue tocando en pequeñas salas o en sitios míticos como Galileo. Ahora en una de mis playlist de andar por casa, suena Si Nos De...