Para empezar, constatar que prácticamente, se puede decir sin riesgo a equivocarse, que hoy en día hay más escritores que lectores. El mundillo editorial, como casi todos los espacios empresariales, donde priman los beneficios, es una jungla. Cierto es que el libro y la lectura, como conceptos, tienen su lado romántico, pero si quieres dar el paso y publicar, mejor que espantes los pájaros que sobrevuelan tu cabeza. Hay que asesorarse bien, no dejarse llevar por la ilusión y aún así, es más que posible que te lleves alguna sorpresa desagradable, pero que no cunda el pánico, de todo se aprende. No todo es tan gris y tenebroso. Si perseveras y realmente es tu pasión y no una simple veleidad, acabarás encontrando tu lugar, eso sí, puede que te cueste meses o incluso años. En mi caso, mi hogar literario ha aparecido de la mano de Fátima Tirado y Suspiro Blanco y todas las chicas y chicos que componemos la fauna del sello editorial Sueños de Papel , que somos como una gran familia. Cuand...
Has dormido fatal, te plantas las gafas de sol y sales a la calle como un zombi, sin pensarlo demasiado. Hay que trabajar. Te saludan, “hola, ¿qué tal estas?” “Bien” respondes y sigues con lo tuyo. ¿Por qué no decir la verdad? Porque no decir que has pasado una noche de mierda, que te duele todo el cuerpo y que no sabes como vas a terminar el día. Nos cuesta tanto ser sinceros, mostrar nuestras debilidades, sufrimos una especie de imposición social a través de la cual, parece que siempre hay que estar bien y que no se nos permite estar mal. Siempre tenemos que estar alegres y sonrientes o al menos aparentarlo, en las redes sociales todo esto se amplifica, salvo honrosas excepciones, Instagram es un catálogo de felicidad vacía, de falso éxito, de pavos reales desplegando todos sus encantos. Se me ocurre que en estos tiempos en lo que todo se compra y se vende, más que comunicarnos, muchas veces, nos vendemos. Dicen que los amigos son aquellos que te preguntan “¿qué tal estás?” y es...